En Europa, los trenes están ganando cada vez más adeptos. Especialmente en las rutas de alta velocidad, donde un viaje de punta a punta puede ser más rápido que el avión y, además, entre 7 a 10 veces con menos emisiones de CO2.
El impacto es tal que, de la misma manera en que décadas atras las aerolíneas low-cost cambiaron las reglas del mercado, comienzan a nacer empresas ferroviarias de bajo costo y alta velocidad. Ouigo, en España, es una de ellas. Perteneciente a la compañía francesa SNCF, une Barcelona, Madrid, Zaragoza y Tarragona a tarifas arrancan en tan sólo € 9.
Renfe no se quiso quedar atrás y en junio pasado lanzó su propia versión low-cost: AVLO. Con billetes aún más baratos (desde € 5) se diferencia del servicio AVE por tratarse de formaciones de clase única y con máquinas expendedoras de bebidas, sin cafetería.
Por otra parte, en muchos países del Viejo Mundo están resurgiendo los servicios nocturnos. Alemania, Austria, Francia y Suiza acordaron la creación de una red de ciudades conectadas de noche, donde los viajeros puedan dormir en cómodos camarotes. Se trata del proyecto Nightjet, cuya primera fase será lanzada en diciembre próximo.
Asimismo, en abril de 2022 la firma belga Moonlight Express pondrá en marcha un tren nocturno entre Bruselas, Lieja y Berlín, mientras que ese mismo mes European Sleeper, de los Países Bajos, comenzará a unir Bruselas con Praga con algunas paradas intermedias.
Trenes: tiempo de revancha
Para promover los viajes en tren, la Comisión Europea declaró a 2021 como el Año Europeo del Ferrocarril, iniciativa que apunta a reducir en un 90% las emisiones de CO2 en 2050 y a establecer un espacio ferroviario único sin fronteras, eficiente y seguro.
En España, el gobierno de Pedro Sánchez presentó un proyecto tendiente a crear, de aquí a 30 años, “una sociedad neutra en carbono, sostenible y resiliente al cambio climático”. Para lograrlo se busca suprimir los vuelos de corta distancia, trayectos que puedan realizarse en tren en menos de dos horas y media. De esta forma, se eliminarían las rutas aéreas que unen Madrid con Alicante, Valencia y Sevilla.
En Francia, un proyecto de ley similar procura eliminar ese mismo tipo de vuelos. Anticipándose, Air France suspendió sus rutas entre París y Burdeos, Lyon y Nantes. En Austria, Austrian Airlines cerró la conexión entre Viena y Salzburgo, en tanto que en Países Bajos la propia KLM lanzó una campaña publicitaria en pro de los trenes para viajes en trayectos cortos.
Esta claro que en Europa los trenes avanzan a todo vapor. El medio ambiente agradecido.
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