Europa: una brújula para planificar el verano post Covid
Por eso, en este informe reunimos información coyuntural importante para afrontar la venta de temporada alta (requisitos Covid e impacto de la guerra), así como un análisis de las tendencias claves para leer la demanda y ajustar las estrategias de comercialización.
Europa, la más avanzada en normalizar los viajes
De los 35 países que en el mundo ya han levantado todas las restricciones de viaje vinculadas al Covid-19, 23 se encuentran en Europa. Entre ellos se cuentan Reino Unido, Irlanda, Suiza República Checa, Países Bajos, Grecia, Croacia, Hungría, Noruega, Suecia y Polonia.
Haga click aquí para ver el mapa de países libre de restricciones de OMT/IATA
Otras naciones europeas muy demandas por el turismo, como España, Francia, Italia, Alemania y Portugal, también han flexibilizado los requisitos de ingreso, pero aún exigen presentar certificados de vacunación o una prueba PCR negativa o haberse recuperado de la enfermedad.
Los requisitos que se mantienen
Por ejemplo, tomemos el caso de España, que es la puerta de entrada más utilizada por los viajeros latinoamericanos. Los pasajeros deben aportar un 'Certificado Covid digital de la UE' (Eudcc) válido o documentos equivalentes que contengan uno de los siguientes comprobantes: prueba de vacunación completa (válida entre 270 y 14 días después de la administración de la última dosis); o un resultado negativo de PCR (validez 72 hs. previas) o antígeno (24 hs. antes); o una prueba de recuperación de Covid-19 (vigencia desde el día 11 después de la primera prueba molecular positiva y hasta 180 días después).
Dos datos importantes más, siempre tomando a España como caso testigo. Por un lado, los niños menores de 12 años están exentos de la obligación de aportar estos documentos. Por otra parte, solo se aceptan vacunas autorizadas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero se incorporó la posibilidad de admitir certificados con otras si la última dosis se administró con una autorizada.
De todos modos, antes de planificar un viaje sigue siendo conveniente actualizar la información y buscar condiciones específicas de ingreso a cada destino.
Link a página oficial para consultar los requisitos de ingreso por país de procedencia y destino.
Adiós al barbijo en aviones en Europa
Desde el lunes 16 de mayo ya no es obligatorio el uso de barbijo en aviones y aeropuertos de la Unión Europea (UE). La medida fue defendida y justificada por la Asociación Internacional de Tráfico Aéreo (IATA), cuyo director general, Willie Walsh, explicó: “Los pasajeros pueden viajar con toda tranquilidad sabiendo que las numerosas características de la cabina del avión, como la alta frecuencia con la que se cambia el aire y los filtros de alta eficacia, hacen de este lugar uno de los más seguros”. El ejecutivo criticó la falta de un enfoque coherente a nivel mundial sobre este tema y aclaró: “Las aerolíneas deben cumplir con la normativa aplicable a las rutas que están operando. La tripulación del avión sabrá qué reglas se aplican y es fundamental que los pasajeros sigan sus instrucciones”.
El último verano antes de ETIAS
El Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS), ideado por la Comisión Europea en 2016, se implementará a finales de 2022 y estará totalmente operativo en 2023.
No será obligatorio solicitarlo durante el período transición de seis meses previsto a partir de su lanzamiento. Una vez cumplido ese plazo, sí será mandatorio para todos los visitantes extranjeros que sean ciudadanos de un país exento de visado.
El tiempo máximo de estancia por turismo, negocios o placer permitido con ETIAS es de 90 días en un período de 180 días. De todos modos, el documento tendrá una validez de 3 años y permitirá realizar múltiples viajes a Europa.
Actualmente hay 60 países que cuando entre en vigor la obligación deberán solicitar una exención de visa ETIAS al visitar la Zona Schengen. De Latinoamérica están incluidos todas las naciones excepto Bolivia, Ecuador, Cuba y República Dominicana (para las cuales se mantiene por ahora el requisito de visa Schengen).
Más información oficial sobre ETIAS en este link
La guerra y las reservas de viajes
Después del impacto inicial a comienzos de la invasión de Rusia a Ucrania, los flujos de turistas hacia y dentro del continente se mostraron relativamente inmunes y confiados en que el conflicto se mantendrá encapsulado.
La última edición del informe trimestral de la Comisión Europea de Viajes (ETC) prevé que el conflicto resulte en una reducción de los viajes de salida desde ambos mercados de origen. Pero, a corto plazo, solo los países vecinos y los que más dependen de Rusia y Ucrania serán los más afectados en términos de rendimiento turístico. En destinos como Chipre, Montenegro, Letonia, Finlandia, Estonia y Lituania, los rusos representaron al menos el 10% del total en 2019. Y más allá del impacto de los visitantes, los turistas rusos tienden a gastar mucho, con lo cual el impacto será aún mayor en términos de ingreso de divisas por gasto turístico en esos destinos. Por todo ello, se espera que “la recuperación de Europa del Este se retrase hasta 2025 debido al conflicto, y ahora se prevé que las llegadas sean un 43% más bajas en 2022 que en 2019”.
De todos modos, para el resto de Europa las perspectivas son muy buenas y es algo que se tendrá que tener en cuenta a la hora de prever disponibilidades para la temporada alta. En concreto, se espera que los viajes nacionales se recuperen por completo en 2022, mientras que las llegadas internacionales a Europa se ubicarían solo un 30% por debajo de los volúmenes de 2019. La parte occidental del continente -alejada del escenario del conflicto- incluso sería este año la región con mejor desempeño a nivel mundial, aunque un 24% por debajo de los volúmenes de la prepandemia.
De hecho, los informes indican que hay un notorio aumento en la tendencia a reservar con mayor antelación los viajes a Europa para el verano por el temor a que la disponibilidad de oferta se agote rápidamente en algunos destinos puntuales.
Estados Unidos sigue estando entre los mejores de todos los mercados emisores de larga distancia. Se espera que el crecimiento promedio anual hacia Europa sea del 33,6% en el período 2021-2026. Pero también los países latinoamericanos se espera que tengan tasas altas promedio en el mismo período: Argentina, +55,6%; Brasil, 42,7%; y México, +22,5%; entre otros.
La contracara del despertar de los viajes transatlánticos como motor de la recuperación sería Asia. No ha habido señales inmediatas de que las llegadas de turistas chinos, los más gastadores, regresen a los niveles previos a la pandemia. Por el momento, la mitad de los destinos europeos notificaron descensos de más del 90% en las llegadas de turistas chinos en comparación con 2019.
Efectos indirectos de la guerra a considerar
Además de los efectos directos de la reducción de viajes tanto desde Rusia como desde Ucrania, el conflicto ha creado otros problemas para el sector turístico europeo:
- Inflación: las sanciones económicas sobre Rusia seguirán exacerbando el aumento de los precios del combustible para aviones y puede causar incrementos en los precios de las tarifas aéreas este año. Otros costos en alza, como los alimentos, pueden erosionar la demanda de los consumidores y afectar aún más los viajes en una variedad de mercados.
- Conectividad: el cierre del espacio aéreo ruso, ucraniano, moldavo y bielorruso a la mayoría de las aerolíneas de Europa occidental afectará la conectividad aérea entre Europa y Asia.
- Factor miedo: el impacto de la guerra en Ucrania podría afectar el sentimiento de viaje a Europa desde los mercados extranjeros. Por caso, una encuesta reciente realizada por MMGY Travel Intelligence indica que el 62% de los viajeros de Estados Unidos que analizan visitar Europa expresaron su preocupación por la expansión de la guerra a los países vecinos como un factor que afecta los planes (es el doble de la cantidad de encuestados que mencionaron a la salud como una inquietud de seguridad).
Lo que la demanda está diciendo
Aun con un contexto geopolítico y macroeconómico desafiante, está claro que la reactivación turística ya camina sola. Incluso, muchos de los cambios en las conductas de consumo parecieran favorecer a la comercialización de viajes. Además, algunas tendencias coyunturales de la pandemia se volverán crónicas (sostenibilidad e hiperpersonalización). No se trata de volver a prender el piloto automático de la prepandemia, sino que el pasajero cambió y la competitividad la da el saber leerlo y responder a sus nuevos deseos.
Tras analizar las conclusiones del reciente estudio global de Sabre ("Mapeo de la nueva normalidad de los viajes"), Darren Rickey, vicepresidente senior de Ventas y Cuentas Globales de Aerolíneas, señalo: “Una cosa que nos llamó la atención mientras realizábamos nuestra investigación fue el ritmo de cambio sin precedentes de los últimos meses. Esto, por supuesto, presenta una gran oportunidad, pero también ejerce presión sobre las compañías de viajes para que adapten sus planes, procesos y operaciones para abordar estos posibles cambios”.
Oportunidades y amenazas de la nueva ola verde
Para las compañías y gestores públicos que siguen creyendo que la nueva ola verde es otro canto de sirena, bien vale repasar los resultados de un estudio presentado a fines de abril por Expedia, sobre la base de una encuesta a 11 mil personas de 11 países. Allí se revela que el 90% de los entrevistados buscan activamente opciones sustentables a la hora de viajar.
Un poco más, un poco menos, hasta ahí nada nuevo. Donde aparece un discurso disruptivo es en la evidente menor tolerancia con los comportamientos que consideran que no son sostenibles por parte de las empresas. O sea, ya no se trata de palabrería, sino que los consumidores empiezan a querer un compromiso auténtico: 7 de cada 10 revelaron que han evitado un destino o una opción de transporte por escepticismo a que el discurso de las prácticas sostenibles fuera real.
El otro gran cambio en la conducta de los viajeros es que ya no solo esperan que las compañías les ofrezcan opciones sustentables, sino que efectivamente ahora sí están dispuestos a pagar más por ello.
De acuerdo a la encuesta de Expedia, el 74% de los consumidores perciben que cuesta demasiado ser sostenible cuando se viaja, pero -así y todo- la mitad estaría dispuesta a pagar más para obtener transporte, actividades y alojamiento comprometidos con la sustentabilidad. ¿Cuánto más? Hasta un 38% en promedio considera que sería aceptable abonar para asegurar que los productos y servicios contratados sean sostenibles.
Todo esto implica un verdadero reto para destinos, transportistas y alojamientos, ya que la “cultura de cancelación” está a la vuelta de la esquina para quienes se queden en el compromiso marketinero. Pero, al mismo tiempo, hay un terreno semivirgen en el cual competir por clientes que ahora empiezan a ser reales.
Una mina verde para las agencias
Hay una brecha para seguir de cerca entre lo que anhela el pasajero y sus dificultades para concretarlo. Según Expedia, 7 de cada 10 consumidores dicen sentirse abrumados al comenzar el proceso de ser un viajero más sostenible y dos tercios creen que la información disponible sobre las prácticas responsables en alojamiento y transporte no es suficiente.
¿Por qué eso sería una oportunidad para el canal comercializador? Porque no solo se les exige a los destinos, aerolíneas u alojamientos mayor transparencia en la información, sino que un 41% de los encuestados -un nivel parecido a los proveedores antes mencionados- quieren que sean las agencias independientes las que los ayuden a ser viajeros más responsables. Incluso, estarían dispuestos (un 40%) a pagar para que los intermediarios cubran esa necesidad.
¿Qué tipo de información buscan? Recomendaciones de negocios o restaurantes gestionados por locales; opciones de transporte y alojamiento con menor impacto ambiental; y actividades para entrar en contacto con la cultura y gente del destino son las tres respuestas más mencionadas. Nada muy complicado para una agencia de viajes, que encima podría cobrar por ello.
Europa, líder en alta velocidad ferroviaria
Si de oportunidades de venta verde hablamos, imposible no considerar los trenes. Pero no solo por lo que implica en términos de consumo responsable, sino también por el ahorro en tiempos de desplazamiento y mayor confort.
En términos de eficiencia en los desplazamientos dentro de Europa, según informa el diario español ABC, hay 14 rutas en las cuales el tren le gana al avión. Así, el trayecto entre Bruselas y París se puede recorrer en 1.22 hs., mientras que en avión llega a alcanzar hasta 5.30 hs. Si desde ese mismo punto de partida el destino fuera Londres o Ámsterdam, el ahorro de tiempo será aproximadamente de 3.15 hs.
No extraña entonces que entre las capitales de Francia y Bélgica el enlace por tren rápido haya adquirido un 95% de cuota de mercado o que la red interna de trenes alemanes le haya quitado todo protagonismo al avión para este tipo de itinerarios.
Además, al igual que las líneas aéreas de bajo costo marcaron una disrupción en los mercados comerciales de muchos países en el mundo, el concepto está llegando al negocio de los trenes de alta velocidad. En Francia lo hace bajo la marca Ouigo, cuyos trenes contaminan de media 80 veces menos que un avión y 50 veces menos que un coche. En España, con el AVLO (Alta Velocidad Low Cost), que desde el 6 de abril permite cubrir la ruta entre Madrid y Barcelona a valores entre € 10 y € 60.
Leer más sobre sobre los trenes de Europa en esta nota de Ladevi
La hora de la hiperpersonalización
Otro de los misteriosos derivados tras dos años de pandemia es el deseo y la búsqueda activa de comercializadores y proveedores que hagan los viajes a medida de los deseos de los clientes. De vuelta, a priori, no aparece nada nuevo bajo el sol, pero lo que sí están registrando las empresas del sector es que ello no solo es un anhelo, sino una demanda que orienta las decisiones hacia una u otra compañía.
Y, en paralelo, los clientes están empezando a poner bajo la lupa la brecha entre la experiencia de viajar y la de comprar. “La gente no disfruta de las compras de viajes porque son demasiado complicadas. Especialmente cuando se compara con otros artículos que reservan o compran todos los días”, analizó un estudio reciente de Travelport.
Ese trabajo reveló que el proceso de comparar productos de viaje se considera más parecido a evaluar opciones de seguros hipotecarios o de automóviles que al de adquirir un producto en Amazon, por ejemplo. Esto es porque demanda tiempo, es estresante y se tiene la sensación de que todo no es tan transparente como debería.
Y la cadena de comercialización empieza a sentir esa presión. El estudio global de Sabre identificó que el 89% de las agencias encuestadas quieren que sus socios tecnológicos les brinden herramientas útiles para personalizar los viajes. La misma encuesta a 500 tomadores de decisiones de 20 países indicó que los intermediarios quieren el apoyo de sus proveedores para crear una experiencia más fluida en términos de compras, reservas y emisión.
Existe una clara necesidad de agilidad, transformación y colaboración entre las agencias de viajes, las aerolíneas y otros actores de la industria para garantizar que estén en condiciones de identificar los cambios, elaborar estrategias para futuras oportunidades de crecimiento y mejorar la experiencia del viajero.
La temporada alta en Europa será una prueba de fuego válida para estudiar si la cadena de comercialización está lista para aprovechar las posibilidades de la recuperación, en un escenario donde el cliente cambió.
Nos llamó la atención el ritmo de cambio sin precedentes de los últimos meses. Esto, por supuesto, presenta una gran oportunidad, pero también ejerce presión sobre las compañías de viajes
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