En el anterior análisis de noviembre pasado, IATA señalaba que esperaba algunos signos de recuperación contundentes y cifras positivas para el cuatro trimestre de 2021. Sin embargo, hace unas horas, la Asociación reevaluó la situación, y postergó todas esperanzas hasta 2022. Según IATA, la “quema de efectivo”, es decir, los gastos desproporcionados, se han disparado desde los US$ 48 mil millones hasta los US$ 95 mil millones.
En principio, la entidad señala que la primera mitad del 2021 claramente “será peor de lo anticipado”. “Esto se debe a que los gobiernos han endurecido las restricciones de viaje en respuesta a las nuevas variantes de Covid-19. Las reservas para el verano boreal (julio-agosto) están actualmente a un 78% por debajo de los niveles de febrero de 2019”, afirma la entidad en un comunicado.
Por eso IATA considera dos escenarios: uno optimista y otro pesimista. En el primero de ellos las restricciones de viaje se levantarían gradualmente lo que permitiría surgir una “tibia demanda durante la temporada alta de viajes del verano boreal”. En ese contexto, la demanda de 2021 se ubicaría a un 38% de la de 2019. Las aerolíneas gastarían US$ 75 mil millones en efectivo durante el año. Pero la quema de efectivo de US$ 7 mil millones en el cuarto trimestre mejoraría significativamente.
En un escenario pesimista, se gastarían US$ 95 mil millones durante el año, debido a que los gobiernos mantendrían importantes restricciones de viaje durante la temporada alta boreal. En este caso, la demanda de 2021 sería solo el 33% de los niveles de 2019.
“Dado que los gobiernos tienen restricciones más estrictas en las fronteras, 2021 se perfila como un año mucho más difícil de lo que se esperaba anteriormente. Nuestro mejor escenario prevé que las aerolíneas gasten US$ 75 mil millones en efectivo este año. Y podría ser tan malo como US$ 95 mil millones. Se necesitará más ayuda de emergencia de los gobiernos. Una industria de aerolíneas en funcionamiento puede eventualmente impulsar la recuperación económica de Covid-19. Pero eso no sucederá si hay fracasos masivos antes de que termine la crisis. Si los gobiernos no pueden abrir sus fronteras, necesitaremos que abran sus billeteras con ayuda financiera para mantener viables a las aerolíneas”, dijo Alexandre de Juniac, director General y CEO de IATA.
El plan de reinicio de la IATA
Para la Asociación, la recuperación demanda, entre otras cuestiones del desarrollo de tres ejes. El primero de ello es la planificación para, como firma la entidad, “preparar la industria para reiniciar de forma segura después de un año o más de interrupciones requerirá una planificación cuidadosa y meses de preparación”. “El Reino Unido ha dado un buen ejemplo. A principios de esta semana, estableció una estructura para la reapertura basada en una mejora en la situación de Covid-19. Esto brinda a las aerolíneas un marco para planificar el reinicio, incluso si es necesario ajustarlo en el camino. Otros gobiernos deberían tomar nota como una mejor práctica para trabajar con la industria”, dijo de Juniac.
Otra de las cuestiones esenciales, para la IATA, es la aplicación del Travel Pass que le permitirá a los viajeros “controlar de forma segura sus datos de salud y compartirlos con las autoridades pertinentes”. Hasta el momento, Air New Zealand, Copa Airlines, Etihad Airways, Emirates, Qatar Airways, Malaysia Airlines, RwandAir y Singapore Airlines, ya se han comprometido a aplicarlo.
Y finalmente, IATA considera vital el establecimiento de estándares globales, sobre todo para registrar pruebas y vacunas; y un plan para registrar retrospectivamente a los que ya han sido vacunados.
“La velocidad es fundamental. Los resultados fraudulentos de la prueba Covid-19 ya están demostrando ser un problema. Y a medida que aumentan los programas de vacunación, los gobiernos utilizan procesos en papel y diferentes estándares digitales para registrar quién ha sido vacunado. Estas no son las condiciones necesarias para respaldar un reinicio exitoso a escala cuando los gobiernos abran las fronteras. La OMS, la OACI y la OCDE están trabajando en estándares, pero cada día sin ellos significa que el desafío es cada vez mayor. Necesitamos una conclusión temprana por parte de las autoridades competentes de que la industria puede planificar”, dijo de Juniac.
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