Ya es oficial. Desde esta semana, Francia no tendrá vuelos nacionales de corto recorrido. Así lo recoge la nueva normativa aprobada por el Gobierno de Francia, que prohíbe los vuelos comerciales de corto recorrido en territorio nacional. Eso sí, no prohíbe todos los vuelos de estas características, solo ciertos vuelos de corta distancia que puedan ser reemplazados por trayectos en tren con una duración de menos de dos horas y media.
Francia prohíbe los vuelos cortos: ¿pioneros o incautos?
La medida, según el gobierno galo, pretende reducir las emisiones de carbono y la contaminación en el marco de la lucha contra el cambio climático. Una medida muy polémica que tiene otro asterisco: los vuelos de conexión no se ven afectados por la prohibición.
En general, la población parece estar dividida en el país: unos consideran que es una decisión complicada pero necesaria y otros, sin embargo, la tachan de innecesaria. Lo cierto es que, hasta esta semana, fueron muchos los pasos que tuvo que seguir el gobierno francés para limitar este tipo de vuelos.
De hecho, la Unión Europea hizo hincapié en que la ruta aérea corta que se suprime debe tener una alternativa ferroviaria, y que además sea de alta velocidad, que permita viajar entre dos ciudades en menos de dos horas y media. ¿Pero qué ocurrirá con los precios al reducirse la oferta?
Por el momento, la medida se aplica ya a tres rutas: las que unen el aeropuerto de París-Orly con las ciudades de Burdeos, Nantes y Lyon.
Expertos en transportes aseguran que el mercado ferroviario se reforzará, aumentará la oferta y se igualarán los precios (o incluso quedarán por debajo de lo que costaría operar una ruta aérea, según el Ejecutivo francés). Pero, ¿son los franceses unos pioneros o unos incautos al aplicar esta normativa? ¿Cuáles son los puntos positivos y negativos de la medida? Los repasamos:
Posibles puntos positivos:
- Reducción de las emisiones de carbono y contaminación del aire.
- Fomento del uso del tren como alternativa más ecológica.
- Mejora de la imagen de Francia como país comprometido con la lucha contra el cambio climático, liderando con legislaciones pioneras el discurso ecologista.
Posibles puntos negativos:
- Pérdida de ingresos y empleos en la industria turística, especialmente en las aerolíneas y aeropuertos que operan vuelos de corta distancia.
- Inconvenientes para los viajeros que necesiten trasladarse rápidamente entre ciudades cercanas.
- Dificultades para competir con otros destinos turísticos que no tengan restricciones similares en sus aeropuertos.
Hay que apuntar que algunos expertos del sector subrayan también que la medida tendrá un impacto limitado en la reducción de emisiones, debido a que las rutas afectadas por la medida son ínfimas, representando una pequeña fracción de las emisiones dañinas de los vuelos que despegan de Francia.
De hecho, varias fuentes del sector apuntan que es una medida más "simbólica" que efectiva. El objetivo del gobierno de Emmanuel Macron es que cale en la sociedad la idea de limitar los movimientos aéreos de corto recorrido y que se genere debate.
Por otro lado, algunos sectores relacionados con el movimiento ecologista advierten de que es necesario aplicar restricciones más ambiciosas y efectivas para reducir las emisiones del sector turístico. Por el momento parece que nadie está completamente de acuerdo con la medida, salvo las compañías de trenes que comercializan productos en el país, que no dirán que no a un posible aumento de la demanda.
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