Boeing confirmó la serie de cambios que se producirán en su alta gerencia. El principal es que Dave Calhoun, actual CEO de la compañía, dejará su puesto a fin de 2024. Asimismo, Larry Kellner, también dejará de ser presidente de la Junta Directiva y será reemplazado por Steve Mollenkopf.
El CEO de Boeing deja su puesto a fin de año
Dave Calhoun, abandonará su puesto de CEO de Boeing a fin de 2024. También se irá Larry Kellner, presidente de la Junta.
También Stan Deal se jubilará, y Stephanie Pope será nombrada directora ejecutiva de la división de Aviones Comerciales.
“El presidente y director ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, anunció hoy su decisión de dejar el cargo de director ejecutivo a finales de 2024, y continuará liderando Boeing durante todo el año para completar el trabajo crítico en curso para estabilizar y posicionar a la compañía para el futuro”, explicó Boeing en un comunicado.
Boeing y los cambios en la alta gerencia
Por otra parte, la compañía reveló que el presidente de la junta, Larry Kellner, ha informado a la junta que “no tiene intención de presentarse a la reelección en la próxima reunión anual de accionistas. La junta eligió a Steve Mollenkopf para suceder a Kellner como presidente independiente de la junta. En este cargo, Mollenkopf liderará el proceso de la junta directiva para seleccionar al próximo director ejecutivo de Boeing.
Además de estos cambios, Stan Deal, presidente y director ejecutivo de Boeing Commercial Airplanes, se retirará de la compañía y Stephanie Pope ha sido nombrada para ocupar su lugar, a partir de hoy”.
"Ha sido el mayor privilegio de mi vida servir a Boeing", dijo Calhoun en una carta a los empleados. “Los ojos del mundo están puestos en nosotros y sé que superaremos este momento como una mejor empresa. Seguiremos centrados de lleno en completar el trabajo que hemos realizado juntos para devolver la estabilidad a nuestra empresa después de los extraordinarios desafíos del pasado. cinco años, con la seguridad y la calidad a la vanguardia de todo lo que hacemos”, agregó el ejecutivo que no comandará los vuelos de Boeing en el futuro.
La carta de despedida
Calhoun remitió una carta a sus trabajadores en la que expresa: “El accidente del vuelo 1282 de Alaska Airlines fue un momento decisivo para Boeing. Debemos seguir respondiendo a este accidente con humildad y total transparencia. También debemos inculcar un compromiso total con la seguridad y la calidad en todos los niveles de nuestra empresa.
Los ojos del mundo están puestos en nosotros y sé que saldremos de este momento como una mejor compañía, aprovechando todos los aprendizajes que acumulamos mientras trabajamos juntos para reconstruir Boeing durante los últimos años”.
“Quiero agradecer a todos y cada uno de ustedes por cómo han afrontado este desafío y por el trabajo que se está realizando actualmente para asegurarnos de demostrar a todas las partes interesadas que el Boeing del futuro es todo lo que deberían esperar que sea. Hemos estado trabajando juntos durante los últimos cinco años para abordar algunos de los desafíos más importantes que nuestra empresa y nuestra industria hayan enfrentado en nuestros 108 años de historia”, continúa la misiva.
Y termina: “Originalmente acepté asumir el cargo de director ejecutivo de Boeing a petición de la junta directiva, y en el proceso renuncié a mi cargo de presidente de la junta directiva, debido a las circunstancias sin precedentes que enfrentaba la empresa en ese momento. Ha sido el mayor privilegio de mi vida desempeñar ambos roles y solo sentiré que el viaje se ha completado adecuadamente cuando terminemos el trabajo que tenemos que hacer. Vamos a arreglar lo que no funciona y vamos a hacer que nuestra empresa vuelva a encaminarse hacia la recuperación y la estabilidad”.
La crisis de Boeing
Es inevitable vincular el alejamiento de Calhoun a la que posiblemente se haya convertido en la crisis más grave de Boeing en su historia y una de las mayores del transporte aéreo. La situación se disparó con los accidentes que afectaron a sendos B-737MAX de Ethiopian Airlines y de Lion Air, en 2019. A partir de ahí, el modelo fue obligado por las autoridades aeronáuticas a permanecer casi dos años en tierra. Posteriormente, se produjeron toda otra serie de episodios que incluyeron el desprendimiento de una ventana de emergencia en un vuelo de Alaska Airlines hace pocos meses y que terminaron por poner en tela de juicio los parámetros de seguridad y calidad con los que fabrica sus aviones.
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