Tatiana Omegna, directora de Desarrollo de Negocios de Aitken Spence Hotels para Sudamérica, dio a conocer las propuestas de la compañía en Maldivas, “enfocada –dijo– a los huéspedes más exigentes a través de una variedad de resorts que satisfacen distintos gustos, celebraciones y presupuestos”.
“Bajo nuestras marcas Heritance Hotels y Adaaran Resorts, se trata de hoteles que ofrecen un laberinto de emociones y un estilo de vida inmersivo que captura el vibrante acontecer de Maldivas”, sostuvo Omegna, con base operativa en Río de Janeiro, Brasil.
Según explicó la ejecutiva, Heritance Aarah es un nuevo resort todo incluido premium de Aitken Spence Hotels. Inspirado en el patrimônio y la cultura local, y emplazado sobre la línea de playa, dispone de 150 villas, 11 restaurantes y bares a cargo de chefs galardonados y el primer Medi Spa, entre otros servicios.
Sus resorts hermanos, bajo la marca Adaaran, son: Adaaran Prestige Vadoo, Adaaran Select Meedhupparu, Adaaran Select Hudhuran Fushi y Adaaran Club Rannalhi. De atmosfera diferente, cada propiedad fue diseñada para brindar escapadas ideales con todo el color de Maldivas, y variedad de opciones gastronómicas y de bienestar en el marco de un servicio completo y personalizado.
“Para nosotros es un orgullo ser reconocidos por Forbes como una de las empresas de mayor éxito que cotizan en bolsa fuera de Estados Unidos y, además, ser uno de los primeros signatarios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas en Sri Lanka, ahora presentes en América Latina para promover nuestra gama de resorts en Maldivas a toda la región”, expresó Tatiana Omegna.
“Tanto Heritance Aarah como Adaaran Resorts son parte de la cartera de Maldivas de Aitken Spence Hotels, el brazo hotelero del conglomerado de primera clase de Sri Lanka Aitken Spence Hotels”, añadió la directora del grupo.
La cartera completa del grupo consta de 22 propiedades localizadas en Sri Lanka, India, Oman y Maldivas, todas en sitios turísticos clave, como el premiado Heritance Kandalama, ecológico y situado muy cerca de dos sitios certificados como Patrimonio Mundial de la Unesco, y el Desert Nights Camp en Omán, calificado como uno de los diez mejores retiros en el desierto del mundo.
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