China decidió reabrir sus fronteras –y por lo tanto los vuelos internacionales– a partir del 8 de enero, luego de que el país se cerrara al comienzo de la pandemia de Covid-19, a principios de 2020.
Todos contra China: nuevas restricciones para los viajeros
Para el mundo de los viajes esto debería ser una excelente noticia, ya que el gigante asiático –con todo su peso económico– volverá a nutrir un negocio global que no está recuperado al 100%, en parte por la falta de este gran actor.
Pero esta reactivación ya tiene su infeliz contraparte: la renovación de exigencias endurecidas para ciudadanos provenientes de una región específica.
Cuando el mundo parecía haber acordado que no existían regiones de riesgo sino, en todo caso, individuos de riesgo (los no vacunados por ejemplo), a China le cabe una reprimenda a la vieja usanza.
Así, en los últimos días la exigencia de un test de Covid-19 con resultado negativo para los viajeros provenientes de China ha entrado en vigor en países muy relevantes en el mercado global, como Japón, Corea del Sur, India, Estados Unidos, España, Italia, Francia y Reino Unido.
Covid-19: falta información
Según arguyen las autoridades de países occidentales y occidentalizados, el principal motivo para renovar este requerimiento es la falta de claridad o certezas sobre la actualidad sanitaria de China con respecto a la propagación del Covid dentro de sus propias fronteras.
Por caso, Mark Butler, ministro de Salud de Australia, adujo que el pedido de tests responde a información incompleta. “Hemos adoptado esta decisión con cautela”, dijo el funcionario ministro, reafirmando que los datos recibidos sobre la circulación del virus en China son muy limitados.
En tanto, en la resolución emitida por España se hace referencia a un “importante deterioro de la situación epidemiológica con respecto al Covid-19 en la República Popular China”, situación agravada “por la falta de transparencia y de información epidemiológica por parte de las autoridades”.
Si bien en un principio el Comité de Seguridad Sanitaria de la Unión Europea había descartado el endurecimiento de los requisitos de entrada para viajeros de China, luego se produjo la reunión del grupo de Respuesta Política Integrada a las Crisis (IPCR) del organismo, con un planteo contrario.
"Se recomienda encarecidamente a los Estados miembros que introduzcan, para todos los pasajeros procedentes de China (...) el requisito de una prueba de Covid-19 negativa realizada no más de 48 horas antes de la salida", indicaron en este caso las autoridades, proponiendo un criterio europeo unificado.
Restricciones: la respuesta de China
Esta situación, por supuesto, no cayó bien entre las autoridades chinas.
En conferencia de prensa, Mao Ning, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, indicó que estas decisiones tienen más carácter político que científico.
“China siempre cree que, para todos los países, las medidas de respuesta al Covid deben basarse en la ciencia y ser proporcionadas. No deben usarse para la manipulación política, no debe haber medidas discriminatorias contra determinados países. Las medidas no deben afectar los viajes normales, el intercambio ni la cooperación entre personas”, expresó Mao Ning.
A su vez, se defendió de la acusación de falta de transparencia en la información sanitaria: “China siempre ha compartido su información y datos de manera responsable con la comunidad internacional. Hemos llevado a cabo más de 60 intercambios técnicos con la OMS. China continúa compartiendo los datos del genoma del virus a través de la Iniciativa global para compartir datos sobre la influenza aviar (GISAID). Los expertos en salud de muchos países han dicho que las restricciones de entrada dirigidas a China son innecesarias”.
Si bien se hablaba de que China pudiera tomar medidas de reciprocidad con respecto a los viajeros provenientes de países que han endurecido sus medidas de entrada, lo cierto es que desde el 8 de enero el país asiático ya estipula que los viajeros internacionales deberán someterse a un test previo para poder ingresar a su territorio.
Claro que para el contexto chino, que viene de una cerrazón total de tres años, esta medida representa una apertura y no un paso atrás en la circulación de viajeros internacionales.
IATA desaprueba las restricciones
Complementariamente, la asociación que nuclea a las compañías aéreas también lamentó las nuevas restricciones.
En este sentido, Willie Walsh, presidente de IATA, consideró: “Resulta extremadamente decepcionante ver este restablecimiento precipitado de medidas que han demostrado su ineficacia en los últimos tres años”.
“Las investigaciones realizadas en torno a la variante Ómicron concluyeron que poner barreras a los viajes no suponía ninguna diferencia en el pico de propagación de los contagios. Como mucho, las restricciones retrasaron ese pico unos días. Si surge una nueva variante en cualquier parte del mundo, cabría esperar la misma situación.”
“Por eso los gobiernos deberían escuchar los consejos de los expertos, incluida la OMS, que desaconsejan las restricciones de viaje. Tenemos las herramientas para gestionar el Covid-19 sin recurrir a medidas ineficaces que corten la conectividad internacional, dañen las economías y destruyan puestos de trabajo. Los gobiernos deben basar sus decisiones en ‘hechos científicos” y no en “políticas científicas’.”
Asimismo, el funcionario instó a que China tampoco exija test de Covid-19 a los viajeros que lleguen a ese país.
Otras noticias que te pueden interesar
Vuelos de cabotaje: Crece la polémica en México
TAG Airlines obtuvo su certificación IOSA de parte de IATA
Air Europa incorpora un nuevo Boeing B-787 Dreamliner
Temas relacionados