Esperanza infundada o desinformada. Muchos sectores esperaban que, para el tercer trimestre de 2020, se reactivara la actividad aerocomercial en el Hemisferio Norte. Sin embargo, lejos de traer una rehabilitación, generó nuevos rebrotes de la epidemia que obligan hoy a varios países, especialmente de Europa, a cerrarse. El balance económico financiero correspondiente al tercer trimestre así lo muestra, y particularmente, los números de las tres principales líneas aéreas estadounidenses: Delta Air Lines, American Airlines y United Airlines.
Delta Air Lines.
Según la información presentada por la empresa, al cabo del tercer trimestre del año que va de julio a septiembre, las pérdidas alcanzaron los US$ 6.900 millones (o lo que es equivalente unos US$ 8,47 por acción). Los ingresos totales llegaron a US$ 3.100 millones, es decir un 79% menos que lo registrado en el mismo período del año pasado. Delta concluyó el trimestre con una liquidez de US$ 21 mil millones.
Cabe señalar que, de la pérdida, unos US$ 4 mil millones corresponden al impacto directo del Covid-19 y la respuesta de la compañía. En este ítem se contabilizan los costos de reestructuración de la flota, el costeo de los retiros voluntarios y los programas de jubilación anticipada. Un dato relevante es que la “quema de efectivo” alcanzó los US$ 24 millones, por día en promedio.
Un punto importante es la reducción o simplificación de la flota que permitirá “mejorar la experiencia del cliente y generar ahorros de costos”. Delta anunció la desprogramación de casi 400 aviones para 2025, incluidos más de 200 en 2020 (26 MD-90, 7 B-767/300ER, 10 A320 y 47 MD-88, en junio; 10 B-737/700 en septiembre y en diciembre serán 18 B-777).
“Nuestros resultados de este trimestre estuvieron respaldados por un fuerte enfoque en los costos, ya que redujimos los gastos operativos ajustados en más del 50%, similar al trimestre de junio, a pesar de tener 23 puntos más de capacidad”, dijo Paul Jacobson, CFO de Delta. “Ese enfoque en los costos permitió que el aumento que hemos visto en las ventas netas fluyera directamente hacia una mejora en nuestro consumo diario de efectivo, que mejoró de US$ 27 millones por día en junio, a US$ 18 millones por día en septiembre”.
La lectura positiva la sumó Glen Hauenstein, presidente de Delta, quien afirmó: “Si bien pueden pasar dos años o más hasta que veamos un entorno de ingresos normalizado, al restaurar la confianza del cliente en los viajes y fomentar la lealtad del cliente ahora, estamos creando las bases para un crecimiento futuro sostenible de los ingresos”.
Por último, Ed Bastian, director Ejecutivo de Delta, comentó: “Si bien nuestros resultados del trimestre de septiembre demuestran la magnitud de la pandemia en nuestro negocio, nos sentimos alentados a medida que más clientes viajan y vemos un camino de mejora progresiva en nuestros ingresos, resultados financieros y gasto diario de efectivo”. Y agregó: “Las acciones que estamos tomando ahora para cuidar a nuestra gente, simplificar nuestra flota, mejorar la experiencia del cliente y fortalecer nuestra marca le permitirán a Delta acelerar hacia una recuperación posterior a Covid”.
American Airlines.
La compañía aérea con base en Dallas, registró en el tercer trimestre de 2020 una pérdida de US$ 3.100 millones. Los ingresos llegaron a los US$ 3.200 millones, lo que representó una disminución del 73% con relación al mismo período de 2019. La liquidez de la compañía se mantuvo en unos US$ 13.600 millones, tomando en cuenta que, en octubre último, la empresa incrementó su capacidad crediticia en unos US$ 2 mil millones a través de la Ley Cares (Coronavirus Aid, Relief and Economic Security: Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por el Coronavirus). En el mismo sentido, se autorizó la emisión de hasta US$ 1.000 millones en nuevas acciones para reforzar la liquidez.
American avanzó en la desprogramación de unos 150 aviones, entre bajas totales y aviones que han sido almacenados. La lista incluye Boeings B-757, B-767, Embraer E190, Airbus A330/300 y Bombardier CRJ-200. Adicionalmente, en las últimas semanas, se dispuso retirar de modo permanente otros 15 A330/300. En otras operaciones, American llegó a un acuerdo con Boeing sobre los 18 B-737MAX que debe recibir e incorporar entre 2021 y 2024. También concretó una operación se sale lease-back de aviones Airbus A321, que entrará en vigencia en 2021.
Con relación a preservar su cash-flow, la empresa recibió garantías iniciales por US$ 5.500 millones en el marco de la Ley Cares, que en octubre se incrementaron a US$ 7.500 millones. También recibió asistencia de una línea de financiación de Goldman Sachs Merchant Bank, por US$ 1.200 millones.
“Durante el tercer trimestre, tomamos medidas para reducir nuestros costos, fortalecer nuestra posición financiera y asegurarnos de que nuestros clientes regresen a viajar con confianza”, dijo el presidente y director Ejecutivo de American Airlines, Doug Parker. “El equipo de American Airlines está haciendo un trabajo extraordinario al cuidar de nuestros clientes y de los demás durante el momento más desafiante en la historia de nuestra industria”, agregó el directivo. “Tenemos un largo camino por delante y nuestro equipo permanece completamente comprometido y enfocado no solo en manejar la pandemia, sino también en asegurarnos de estar preparados para cuando regrese la demanda. Confiamos en que los continuos esfuerzos de nuestro equipo y las acciones que hemos tomado impulsarán la confianza del cliente y fortalecerán nuestra empresa para el futuro”, concluyó Parker.
United Airlines.
La compañía aérea con base en Chicago cerró el trimestre de julio a septiembre con pérdidas por US$ 1.800 millones. Los ingresos reflejaron una caída interanual de 78%, rondando los US$ 200 millones.
United alcanzó una liquidez de US$ 19.400 millones. Beneficiada también por la Ley Cares, la empresa accedió a garantías por US$ 5.200 millones que se podrían incrementar hasta los US$ 7.500 millones.
En materia de flota, United acordó con el leasor CDB Aviation operaciones de sale lease-back que involucran a dos Boeing B-787/900 y 10 B-737MAX.
El índice de “quema diaria de efectivo”, en el caso de United, alcanzó los US$ 21 millones.
A la hora de plantearse un ajuste, United negoció con la Asociación de Auxiliares de Vuelo para reducir unos 3.300 puestos de trabajo y en el mismo sentido diseñó un paquete de retiro voluntario que permitió el alejamiento de 9 mil empleados.
“Habiendo ejecutado con éxito nuestra estrategia de crisis inicial, estamos listos para pasar la página a los siete meses que se han dedicado al desarrollo e implementación de medidas extraordinarios y a menudo dolorosas, como la licencia de 13 mil miembros del equipo, para sobrevivir a la peor crisis financiera en la historia de la aviación”, comentó Scott Kirby, director Ejecutivo de United Airlines. “Aunque el impacto negativo del Covid-19 persistirá en el corto plazo, ahora estamos enfocados en posicionar a la aerolínea para una fuerte recuperación que permitirá a United traer a nuestros empleados licenciados de regreso al trabajo y emerger como el líder global en aviación”, concluyó Kirby.
Lo que dice la IATA.
La Asociación brindó información estadística respecto del último trimestre del año. En tal sentido, por ejemplo, IATA indicó que los “volúmenes de pasajeros volados por las aerolíneas norteamericanas disminuyeron un 77,8% interanual en agosto, promedio, lo que a su vez significó una pequeña mejora sobre una caída del 79,9% de julio”. En el mismo sentido, en Estados Unidos, “el repunte interno se desaceleró, en medio de un alto número de casos de Covid-19 (los RPK disminuyeron un 69,3% interanualmente)”. Finalmente, en otro pasaje del informe, IATA señaló que “la capacidad de toda la industria (medida en ASK) se recuperó más rápido que la demanda (en RPK). Como resultado, el factor de ocupación de pasajeros (PLF) alcanzó un mínimo histórico para agosto de 58,5%. En el aspecto regional, la ocupación de las aerolíneas de Norteamérica cayó en 39,5 puntos porcentuales, en comparación con agosto de 2019”.
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