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MACHU PICCHU. Un tesoro del pasado con un futuro incierto

Desde el reciente cambio en el sistema de horarios hasta las variadas propuestas de medios de transporte para el ingreso al santuario, los cambios en el mayor tesoro turístico del país hacen pensar que en Machu Picchu solo las ruinas son las que se mantendrán estables.

No es un secreto que Machu Picchu es un sinónimo de Perú, y que probablemente lo seguirá siendo en un futuro próximo. Con este linaje a cuestas, la ciudadela inca está sufriendo modificaciones que buscan alinearse a las exigencias del mercado turístico internacional.

A principios de año se produjeron los cambios en el modo de ingreso al santuario. Ahora el tema de moda es el método de transporte hacia la ciudadela, que por largos años ha estado monopolizado por los autobuses que recorren la carretera Hiram Bingham. Sin duda, 2019 es un año de transformaciones para la joya turística de Perú.

En su presentación ante el Congreso de la República, el primer ministro Salvador del Solar indicó que hasta el final del presente año se espera recibir 4,7 millones de turistas internacionales, un 9% más que en 2018. Además, el premier también señaló que para 2021 se espera que este número aumente a 5,6 millones de viajeros extranjeros. Sin duda se trata de cifras optimistas, sin embargo, no hay que olvidar que gran parte de las personas que visitan nuestro país lo hacen con el objetivo de conocer Machu Picchu, el orgullo del turismo nacional.

Según datos de PromPerú, el número de visitantes a la ciudadela aumentó un 12% en 2018, con más de 1,5 millones de personas alcanzando la ciudadela. De estos, el 78% fueron extranjeros, con un incremento de 15% respecto de 2017. Los números no hacen más que aumentar año tras año y esto exige que así lo hagan los sistemas de administración turística.

Como se mencionó líneas arriba, el primer gran cambio que ha sufrido Machu Picchu ha sido el de los ingresos. Ahora son tres horarios los que delimitan la entrada –y la permanencia– de los turistas en el complejo. El exministro de Comercio Exterior y Turismo, Rogers Valencia, declaró en su momento que este cambio se dio para buscar el orden. “Así mejoraremos la experiencia del turista y conservaremos nuestro principal monumento histórico”, dijo. Si bien es muy pronto para ofrecer un diagnóstico referido a esta modificación, es un indicio de que una transformación es necesaria para que la ciudadela inca resista el impacto de esa gran maquinaria que es el turismo.

 

EL CAMINO EN DISPUTA.

Con toda la importancia que tiene Machu Picchu para la industria turística en Perú, los medios de transporte para el acceso siguen siendo limitados. La mayoría de los visitantes, además de utilizar el famoso Camino del Inca, llegan a través de la ruta más tradicional que consiste en tomar un auto desde Cusco hacia Ollantaytambo, tren a Machu Picchu Pueblo y allí abordar uno de los buses operados por Consettur, empresa que recientemente fue sancionada por Indecopi por negligencias en un accidente camino a la ciudadela inca.

Bajo esta situación, el Mincetur convocó a una licitación para contratar a una consultora con el propósito de realizar un estudio sobre la viabilidad de un acceso alternativo hacia Machu Picchu, esto aconteció en junio de 2018. El estudio determinó que se podían construir accesos desde el lado amazónico, partiendo del distrito de Santa Teresa, como ascensores o túneles. Consultado al respecto por La Agencia de Viajes Perú, el actual titular del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, Edgar Vásquez, aseguró que efectivamente éstas son opciones que se están manejando. “En el caso de Machu Picchu, la Unidad de Gestión de Machu Picchu (UGM) le encargó al Mincetur que desarrolle un estudio de accesos alternativos. Nosotros hemos contratado una consultora de prestigio internacional que ya ha dado su informe. En dicho documento se dan una serie de alternativas entre las que se encuentran túneles y ascensores. No es una propuesta del Mincetur, es una propuesta de un estudio que nosotros ponemos a disposición de la UGM para que debatamos y conversemos cuál es la alternativa más viable que permita preservar apropiadamente nuestro santuario nacional, pero a su vez poder aprovecharlo de una mejor manera para el turismo nacional e internacional”, explicó el ministro.

Otra alternativa que suena muy fuerte es la de un teleférico, como el que funciona en Kuélap. En diciembre de 2018, el diario El Comercio reveló que esta opción era una propuesta desde la alcaldía de Machu Picchu Pueblo, con el entonces alcalde David Gayoso, quien indicó que los accesos desde el lado amazónico resultarían en la desaparición de su distrito y que la población paralizaría el turismo en modo de protesta.

Finalmente, el 15 de abril se entregó a la UGM una copia del estudio encargado por Mincetur, en el que se proponen tres alternativas para el nuevo acceso a la ciudadela. Con esta entrega, ahora la UGM debe evaluar y analizar la opción más viable y la forma en cómo se ejecutará esta obra. El estudio valorizó la misma en US$ 81 millones. El ticket estimado para este nuevo acceso es de US$ 12 por persona y permitirá transportar 2.500 turistas por día.

El último anunció que rodea a la ciudadela es la construcción de un centro de visitantes que, en palabras de José Bastante, jefe de esta área protegida por el Estado, también ayudará a diversificar las rutas de acceso a Machu Picchu.

Otro aspecto importante es que a partir del 1º de junio se implementó un plan de sostenibilidad y conservación que restringe los accesos al Templo del Sol, del Cóndor y la Pirámide del Intiwatana, todos localizados en la ciudadela. Los ingresos se producen en diferentes intervalos: de 7 a 10, de 10 a 13 y de 13 a 16.

El futuro de la maravilla del pasado peruano es aún incierto. Serán los diálogos entre los responsables directos los que deberán llevar a Machu Picchu a ser la joya turística que todos los peruanos deseamos.

FUENTE: machu-picchu-un-tesoro-del-pasado-con-un-futuro-incierto

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