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Métodos poco fiables

La planificación de un viaje con una agencia no tendría por qué representar mayor problema o peligro. Pero en el mercado local hay algunas cuyo modo de operar no es el habitual, y que se basan en ciertas condiciones que causan dudas sobre sus operaciones. Relevamiento de algunas prácticas que rozan la informalidad y sugerencias del Indecopi para no caer en la trampa.

De las variadas formas que una agencia de viajes tiene para operar, existen modalidades en el mercado peruano que no son claras. El respeto a las reglas del juego debe garantizar la seguridad de los pasajeros, ya que al apostar por un viaje está dispuesto a vivir nuevas experiencias y emociones.
Un primer punto que hace dudar del nivel de seriedad de algunas agencias en Lima es su espacio de acción. Por lo general, están ubicadas en los centros comerciales con módulos instalados en sus pasillos. El personal de estas agencias aborda a los transeúntes para hacerles unas preguntas y entregarles un raspa y gana.
Lo que se gana es un viaje e informan al pasajero potencial que tiene que acudir a una cena o un cóctel para que se le entregue el premio y que además no debe olvidar su tarjeta de crédito. De acuerdo con los testimonios, en estos eventos los asistentes son interrogados por sus ingresos y la cantidad de tarjetas que utilizan.
Además, un anfitrión les entrega un certificado con el regalo del viaje que contiene una serie de cláusulas, el cual debe firmarse. Por otra parte, se les ofrece información para ser miembros de un club que a sus asociados les otorga beneficios, como seguro, hoteles de lujo y tiquetes de avión.
Otra modalidad es la captación en cualquier centro comercial, donde el personal de estas agencias le dice a los transeúntes que han ganado un bono para visitar uno de sus hoteles. Luego concretan una cita en la que, para recibir el bono, los ganadores tienen que ver un video publicitario. Finalmente, el bono es entregado.
Sin embargo, el asunto principal es que estas compañías buscan que las personas se asocien con el pago de una membresía, y para ello usan una estrategia de venta bastante agresiva basada en la insistencia para lograr afiliaciones, si es posible, el mismo día. Este ofrecimiento del producto, sumado al personal poco calificado en marketing, despierta desconfianza en la forma de actuar de estas empresas de viajes.
Asimismo, las "vacaciones prepagadas" constituyen un concepto poco fiable. El paso inicial es ofrecer una estadía gratuita en un destino. La invitación puede ser por teléfono y en este caso se toman en cuenta a personas que poseen tarjeta de crédito, lo que a la vez una condición para participar.
Esta forma de operar funciona así: la agencia establece un plan de vacaciones prepagado, en el que por una determinada cuota, mensual o anual, el viajero tiene el supuesto derecho de utilizar los servicios en cualquier momento. El problema es que si decide hacerlo en temporada alta, no conseguirá disponibilidad de habitaciones. De haber firmado contrato, viaje o no, el usuario estará obligado a seguir cumpliendo con el pago de las cuotas.


¿CÓMO ACTUAR?
Para evitar caer en los atractivos planes antes mencionados, el Indecopi recomienda verificar que el proveedor cuente con un número de RUC y que entregue comprobantes de pago para identificarse. En tanto que debe dar números de cuenta corporativos en vez de una razón social, a fin de no efectuar el depósito a nombre de una persona natural.
Comprobar que la agencia cuente con servicio de transporte, programas turísticos y disponibilidad de lugares, así como información sobre las escalas de los vuelos, tarifas aeroportuarias y distancias al hotel de destino son algunas sugerencias más que brinda el Indecopi. Por otra parte, indica que si la agencia no puede cumplir con lo ofrecido, el usuario tiene derecho a la sustitución del servicio contratado por otro o al reembolso total de lo abonado.
Además, no se deben aceptar invitaciones cuyas condiciones sean llevar la tarjeta de crédito; hay que aprender a distinguir, ya que a veces los resorts pueden camuflarse con diversos nombres; y los usuarios no deben comprar las vacaciones en el futuro porque se adquieren deudas por algo que no se ha probado.
Respecto a las obligaciones de las agencias, el Indecopi resalta que deben tomar previsiones sobre la contratación de los transportes y servicios que ofrecen, asegurar a los pasajeros la disponibilidad de los lugares a visitar, mantener contacto con los operadores sobre la correcta prestación del servicio, facilitar a los clientes la totalidad de los servicios contratados e incluir en el comprobante los traslados, propinas, impuestos y penalidades, entre otros.


LO MÁS SANCIONADO.
De hecho, el incumplimiento de servicio y la falta del Libro de Reclamaciones son las infracciones más sancionadas en las compañías del sector. Lo primero se refleja en no entregar boletas o facturas y retrasos en las salidas, mientras que lo segundo en la ausencia de esa herramienta, la negación a entregarla a los consumidores cuando lo requieren o la falta de un aviso en el local que indique su presencia. De 2011 a abril de 2016, el Indecopi informó que 274 agencias de viajes fueron sancionadas, aplicándoseles multas por 687,6 Unidades Impositivas Tributarias (UIT).

 

FUENTE: metodos-poco-fiables

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