“Viva Air podría haberse acogido al Proceso de Recuperación Empresarial (PRE), o convocatoria de acreedores, mucho antes, como lo hizo Easyfly o Latam Airlines”, señaló por estas horas Santiago Álvarez Matamoros, director Ejecutivo de Latam Colombia. Y es verdad, entonces cabe la pregunta: ¿por qué ahora?, ¿qué ha cambiado?
Viva Air: ¿Para qué le sirve el concurso de acreedores?
En un comunicado, Viva Air explica que acogerse al PRE apunta a “lograr su permanencia en el mercado, a la espera de la urgente definición por parte de la Aerocivil sobre su alianza con Avianca”. Y admitió: “la compañía no ha podido tener acceso a capital durante los últimos nueve meses dado que aún no ha sido posible implementar su integración con otra aerolínea, que sigue pendiente de autorización por parte del Gobierno Nacional.
Viva se acoge a este proceso voluntario de recuperación que tiene una duración de 90 días, con el fin de reestructurar sus deudas a través de una negociación con sus acreedores principales para seguir operando bajo condiciones sostenibles que garanticen la continuidad de la empresa”.
Lo único que ha cambiado es la presencia de la oferta de compra de JetSmart, sobre la mesa.
Viva Air, ¿juego a dos puntas?
En su comunicado Viva Air insiste en la fusión con Avianca y habla de esperar el dictamen del gobierno. “De ser aprobada nos permitiría continuar con el negocio de bajo costo mediante nuestra vinculación a otro grupo de aerolíneas con peso en la región, con lo cual queremos asegurar la preservación de los empleos y reforzar nuestro compromiso por generar mayores niveles de conectividad en el país a bajo costo sobre la base de obtener la inyección de capital requerida”, dice el texto.
La realidad es que parece poco probable que el gobierno cambie de postura 180°, y diga “Sí!”, cuando antes dijo “No!”. Sobre todo, cuando el núcleo de la negativa son una serie de rutas que se superponen inevitablemente.
El PRE, como todo concurso de acreedores, fundamentalmente sirve para preservar los activos de una empresa. Evita que la desesperación de algún acreedor, fuerce la división y enajenación por partes de una empresa. Justamente, preservar los activos resulta ser el corazón de una posible venta. En la medida que la empresa de desguace, su valor irá decayendo.
Días atrás, fuentes de Viva Air admitieron haber recibido la oferta de JetSmart y comenzaron a analizarla.
Es curioso en este punto, que justamente uno de los argumentos del NO de Aerocivil fue considerar que Viva Air no logró probar acabadamente lo desesperado de su situación económico-financiera, y que tampoco demostró haber explorado otras opciones alternativas, antes de la fusión con Avianca. La oferta de JetSmart parece ser justo eso: una alternativa diferente. Y termina poniendo a Viva Air en un problema dialéctico: ¿quiere sobrevivir a cómo de lugar, incluso vendiéndose a JetSmart? ¿o lo único que le interesa y que quiere hacer es fusionarse con Avianca, y nada más?
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